Se abrazaron, se sonrieron y jugaron con la red Snaptchat. Finalmente dejaron en claro que se superaron todas las diferencias. El presidente Mauricio Macri y el conductor televisivo Marcelo Tinelli hicieron las paces y el primer mandatario le dijo para dejar atrás todos los roces: «No me molestan tus imitaciones y siempre me parecieron muy graciosas y divertidas».
Según confiaron fuentes oficiales en la residencia de Olivos, donde se produjo la reunión, «los dos se sorprendieron por la bola gigante que se hizo de un supuesto conflicto donde no existía ningún problema previo». Tinelli ingresó solo poco antes de las 12 por el portón de la calle Villate, con lentes negros de sol, traje negro, camisa blanca y corbata morada.
«Está todo bien, aclararon todo», señalaron los allegados al Presidente, que subrayaron que la reunión fue a solas y duró aproximadamente una hora. Tinelli se retiró a las 13.05.
En los días previos hubo los cruces verbales por la imitación humorística que el actor Freddy Villarreal suele hacer de Macri en el programa Showmatch, que se emite por El Trece. En la red Twitter, Tinelli fue muy criticado por tuiteros que lo acusaban de simpatizar con el kirchnerismo y el conductor había respondido que eran «trolls» que estaban bajo el control de la Casa Rosada, algo que Macri desmintió.
«No se habló nada del tema de los trolls, porque durante la semana ya lo habían llamado del Gobierno a Marcelo para aclararle que el Gobierno no maneja trolls para ese tipo de campaña», dijo un funcionario de la Casa Rosada. El encuentro no fue abierto a la prensa, que no pudo ingresar en la residencia de Olivos.
Quien había llamado a Tinelli fue el jefe del Gabinete, Marcos Peña , y el subsecretario de VÍnculo Ciudadano, Guillermo Riera, que depende de jefatura de Gabinete.
La reunión se produjo en el despacho presidencial de la residencia presidencial de Olivos, con el fondo del cuadro de San Martín. «También hablaron de fútbol en general aunque no del conflicto en la AFA «, dicen al lado del Presidente. En el macrismo habían dejado trascender que las imitaciones satíricas de Tinelli obedecían a que éste no pudo intervenir en la futura conducción del fútbol argentino, como era su deseo.
