El presidente Mauricio Macri calificó con un ocho su primer año de gestión, negó que vaya a realizar modificaciones en el Gabinete, al tiempo que afirmó que «la reforma electoral no es negociable» y desestimó críticas del presidente de la Cámara baja, Emilio Monzó, quien consideró que «expresa un microclima en el cual él vive en Diputados, distinto al del gobierno y al de la gente».
«¿Cuánto vale haber evitado la quinta crisis terminal de los últimos 50 años? ¿Cuánto califica haber bajado las tensiones? Los periodistas se expresan con absoluta libertad, el mundo nos abrió las puertas y quiere que al país le vaya bien. Yo me pondría para esta etapa una buena nota. Yo pondría un ocho», enfatizó Macri, al ser consultado sobre la calificación de su gestión.
En declaraciones al diario La Capital, rechazó que no esté conforme con la marcha de algunas áreas del Gobierno y se mostró «contento, en líneas generales, con el crecimiento que ha tenido el equipo, con el aprendizaje de los ministros» y puntualizó: «no he planteado ningún cambio trascendente».
«Hoy, más que nunca, estamos convencidos del rumbo que hemos tomado y siento que la gente lo entiende mucho mejor que los dirigentes, que continúan haciendo propuestas demagógicas que entorpecerían el camino de crecimiento», añadió.
Al ser consultado sobre las críticas del presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, advirtió que no las comparte y que «es una opinión de él, en un espacio plural».
«No sé si me sorprende o no. El expresa un microclima en el cual vive, que es el de la Cámara de Diputados, que es distinto al del gobierno y al que la gente vive. Acá, en Argentina, lo bueno y lo mágico es que el cambio vino de abajo hacia arriba. Y la gente aún sabiendo que el cambio es difícil, es largo, tiene niveles de esperanza como nunca antes y le da un apoyo al gobierno como a ningún otro en América latina. Este es un cambio cultural, un cambio de época. Esto cuesta ser entendido en toda su dimensión», señaló Macri, quien confirmó que mantuvo un encuentro con Monzó.
En ese contexto, advirtió que «la reforma electoral no es negociable» y subrayó que «los argentinos decidimos otra forma de convivencia, diciéndonos la verdad, respetándonos, dialogando», pero que «el sistema electoral que acarreamos desde hace décadas expresa todo lo contrario».
«La buena noticia es que la reforma va a salir porque 20 de 24 gobernadores están a favor. Acá lo que ocurrió es que un senador, por una cuestión operativa, cajoneó la reforma y no permitió la votación. Si se iba a votación salía mayoritariamente», dijo.
Apuntó contra «(Marcelo) Fuentes (del Frente para la Victoria), con el apoyo de cuatro gobernadores solamente».
«Creo que vamos rumbo a un sistema electoral que empiece a terminar con la trampa y el robo de votos. Sería el más beneficiado en mantener las cosas como están, pero tengo que hacer este aporte para la mejora de la calidad de la convivencia. Es parte del llamado a unir a los argentinos», dijo.
Según consideró el sistema de voto electrónico «puede ser parcialmente aplicable en el 2017» y explicó: «Ya sabemos que Córdoba adhirió y otros seguirán haciendo lo mismo. La gobernadora (María Eugenia) Vidal lo está estudiando».
Además, Macri señaló que la boleta única papel «puede ser, puede ser un camino alternativo, intermedio» y que su implementación «ya sería una mejora».
Por otra parte, sobre la reforma que se impulsa al Impuesto a las Ganancias, indicó: «Algo que abarca a solamente el 3% de la población no lo vivo como un éxito para el gobierno».
«Yo gobierno especialmente para los que menos tienen, para el 32% que está en la pobreza. La discusión sobre Ganancias es para el 3% de la población que más gana en la Argentina», precisó.
Al respecto, agregó: «Triplicamos el mínimo no imponible al principio del año, al corregir abusos que habían sido producto de la inflación. Y ahora tenemos una propuesta que, aun siendo para el 3% de la población, genera una escala progresiva mucho más justa. Eso es lo posible».
«Entendamos que el problema fundamental que enfrenta la Argentina en términos de su equilibrio como sociedad es el enorme déficit fiscal, que hay que bajar, y tiene la carga impositiva más alta de la región. Eso es un impedimento enorme para generar trabajo, y es el trabajo el que nos va a sacar de la pobreza.
Espero que el año que viene nos sentemos alrededor de una mesa y que en vez de que todos vengan a pedir, todos vengan a decir qué vamos a hacer para lograr ese equilibrio. Alguien alguna vez valoró los superávits gemelos, después se los olvidó (por Néstor Kirchner)», planteó.
Además, consideró que «las inversiones están llegando, pero si tuviésemos resultados con el déficit fiscal llegaríamos a muchísima mayor velocidad».
También evaluó que «brotes verdes hubo, pero en promedio no terminan de poner en marcha el país como todos necesitamos, y eso va a suceder el año próximo».
«Usted viene de la provincia de Santa Fe, y allí los brotes verdes explotan, solamente de la inversión en los puertos hay más de dos mil millones de dólares que se han puesto en marcha en todo el sistema. La producción aumentó y Santa Fe es una de las que más la impulsa. El tema es que no ha sido parejo: hay áreas en la que ya arrancó y otras que no. Trabajo para que todas las áreas arranquen. Generamos condiciones para que la inversión se multiplique y la economía se ponga en marcha definitivamente. Pero recordemos: hace más de 5 años que la economía no crece», dijo.
Se mostró conforme con el desempeño de los funcionarios del área económica y consideró que «si en algo nos equivocamos fue en no tomar dimensión del nivel de destrucción que había hecho el gobierno anterior».
«La Argentina estaba quebrada, en default, sin energía, con deudas de todo tipo que nos dejaron en todas las áreas. Teníamos la carga impositiva más grande, las obras públicas paradas. Poner en marcha todo eso, en coincidencia con una curva de aprendizaje de nuestros ministros, fue más difícil que lo que imaginamos», dijo.
Respaldó al Gabinete al indicar: «Este gobierno está formado por gente capaz, de buena madera, honesta, con las mejores intenciones. Y eso no pasaba en Argentina desde hace muchas décadas. El camino es el ejemplo que no dio el equipo de la Copa Davis: esfuerzo y trabajo en equipo».
Insistió en que «un cambio cultural como éste va a llevar mucho más que 8 años, pero tengo que estar abierto a pensar en llevar esta responsabilidad más adelante».
«Pero no es lo que me desvela en este momento, ni siquiera se me ocurre pensar en las elecciones de 2017. Mi día a día se debate en solucionar conflictos, trabas. Remover trabas para que los argentinos se puedan desarrollar. Mire, Argentina no saldrá adelante por la genialidad de su presidente o de su gobierno, será por el crecimiento de cada argentino, por el granito de arena que cada uno va a poner. Ese es el crecimiento de un país. Cada pyme se va a transformar en mediana empresa y la mediana en grande. Y eso hará crecer todo. Este es el camino, salir de la cosa frívola y superficial», dijo.
En ese contexto, consideró que las elecciones del año próximo son «cruciales» ya que «es muy importante que ganemos, no por una cuestión deportiva, sino porque fortalecerá la idea de cambio».
«Este año de transición ha sido duro para muchos argentinos, pero recién es el comienzo: el cambio cultural se tiene que profundizar. Y para eso necesitamos más apoyo de la gente. Los que con prepotencia se resisten al cambio para conservar de forma mafiosa su espacio de poder tienen que saber que esta decisión no es de un gobierno, es de la mayoría de los argentinos que quiere progresar», agregó.
Sobre la situación de la inflación, consideró que «ha sido el mayor éxito que hemos tenido» y explicó: «Yo dije a principio de año que en el segundo semestre bajaría drásticamente la inflación y ustedes me decían que era imposible, que era imparable. Y hoy estamos en un promedio de 1,5% mensual, que todavía está lejos del dígito al que tenemos que llegar».
«Sí es verdad, claramente, que podríamos haber instrumentado mejor el tema de las tarifas. Quiero rescatar el enorme apoyo de la gente, de los que viven en el área metropolitana de Buenos Aires, porque en el interior se pagan tarifas altas desde hace muchos años. El 83% pagó su boleta, aún costándole», puntualizó.