El presidente Mauricio Macri aseguró, al encabezar el homenaje a doce policías caídos en cumplimiento de su deber, que no permitirá «la naturalización» de esas muertes y subrayó que se trata de una tarea que «incluye un riesgo muy grande».
El presidente agregó que ese riesgo es hoy «aún mayor», producto de la decisión de «enfrentar al crimen organizado, a la violencia en la calle y al narcotráfico».
«La convicción de servir incluye (en el caso de los policías) un riesgo muy grande y, en los tiempos que vivimos aun son mayores esos riesgos, sobre todo porque hemos decidido trabajar juntos para enfrentar al crimen organizado, a la violencia que todos los días nos enfrenta en la calle y al narcotráfico», aseveró el mandatario en el acto que se desarrolló en el monumento “La Policía Federal Argentina a sus Caídos en Cumplimiento del Deber”, ubicado en Avenida Figueroa Alcorta y Monroe, en el barrio porteño de Nuñez.
Allí, el mandatario asumió el dolor de las familias, y se comprometió a «batallar contra la naturalización de la muerte de un policía».
«Quiero comprometerme con todas estas familias. Voy a batallar, no voy a permitir la naturalización de la muerte de un policía», advirtió Macri.
Lo acompañaron en el acto de homenaje a los policías la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich; el secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco; el secretario general de la Presidencia, Fernando De Andreis; el titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó; el jefe de la Policía Federal, comisario general Néstor Roncaglia, y miembros de la plana mayor de esa fuerza, junto a familiares de los doce policías caídos.