No se anunció todavía de forma explícita. Pero si escala la pulseada en los medios, podría hacerlo. Vidal cerró la negociación salarial en la que resignó, contra su posición inicial, otorgar un aumento superior a lo que originalmente tenía previsto. No les saldrá gratis a los maestros este triunfo pasajero. Si se resisten a dar clases en las escuelas donde hubo paro, la Gobernación reclamará que todos los docentes vayan a trabajar en las vacaciones. Y hasta descontará los días a quienes no lo hagan, repitiendo la modalidad de «castigo» que implementó para disciplinar a los gremios durante la ola de paros.
Aducen que las vacaciones de invierno lo son, en realidad, para los alumnos. Sin chicos en las aulas, el docente disfruta cada año del ‘receso’ en su casa. Pero Vidal quiere dar la pelea y cambiar esa costumbre: “los docentes no tienen vacaciones, deben ir a trabajar”. Lo dijo un hombre cercano al –todavía- director General de Cultura y Educación bonaerense, Alejandro Finocchiaro.
La polémica se generó como consecuencia de la decisión del Gobierno provincial de recuperar, durante el receso, los días perdidos en la primera mitad del año como consecuencia del conflicto salarial que derivó en 16 jornadas de paro. Las medidas de fuerza no impactaron de igual forma en todas las escuelas. Ni siquiera dentro de un mismo distrito. Pero un sector del Gobierno quiere extender la obligatoriedad de ir a trabajar, sin distinción entre los docentes rebeldes que pararon, y los más dóciles a los que felicitó Vidal “por el compromiso” con la educación de los chicos.
De hecho a varias escuelas de la Provincia les llegó en las últimas horas una circular notificando a los docentes que durante el receso invernal, tienen que concurrir a las escuelas. Eso, sin embargo, no significa que todas las escuelas de la Provincia tengan que dar clases.
Desde el Gobierno aseguran que ya está todo resuelto, para dar esa pelea. Se hizo un relevamiento en todas las escuelas de la Provincia, para detectar aquellas en las que el servicio educativo estuvo suspendido. No necesariamente por los paros, aunque también como consecuencia de las medidas de fuerza. La decisión es que haya clases, con alumnos en el aula, en los colegios donde el servicio educativo estuvo interrumpido de manera absoluta, o funcionó por debajo del 20% de su operatividad plena.
“El Estado ya hizo todo lo que tenía que hacer, para garantizar que se cumpla con la Ley que impone, obligatorios, los 180 días de clases”, aseguran. En ese marco ubican un estudio colegio por colegio, más las resoluciones administrativas para que se dicten clases de forma normal.
Un 30% de las escuelas de la Provincia tienen que recuperar días de clase. No todos con la misma intensidad. El estudio dividió, según el nivel de parálisis en las clases, en varias opciones: quienes perdieron entre 1 y 5 días, deberán dar clases la primera semana de receso invernal. En los casos en que la interrupción de las clases supere los cinco días, se utilizarían las denominadas “jornadas institucionales” para recuperarlas. “Si eso tampoco alcanza, se extenderá el ciclo lectivo más allá del cierre formal del año, según lo establece el calendario escolar”.
Un ministro del gabinete de Vidal ilustró, con un ejemplo, la posición que domina en el equipo gobernante: “Hay determinados momentos, donde se debe priorizar. En un naufragio, primero las mujeres y los niños. Este es un momento así: la educación pública está naufragando, y la prioridad son los chicos. Si los sindicalistas quieren saltar a los botes, que lo hagan pero que sean claros: blanqueen que no les interesa la formación de los pibes”.
En provincia, invalidan dos de los principales argumentos de los docentes, la recomendación del Consejo General de Educación, que se mostró en contra de extender el dictado de clases durante el receso escolar, y la queja de los docentes en el sentido de que les descontaron los días de paro. “si me descontás los días de paro, no podés obligarme a trabajar después”. Para la primera, tienen una objeción de forma, y una aclaración protocolar: es un órgano consultivo arcaico, y sus resoluciones no son vinculantes. Para lo segundo, resaltan la obligatoriedad de ir a trabajar, porque –insisten- “las vacaciones son para los alumnos, no para el docente”.