Gracias a la explosión de la obra pública que impulsa el Estado, el empleo privado comienza, muy lentamente, a darle un respiro al Gobierno.
Con cuentagotas, en sintonía con el gradualismo de las políticas del Gobierno, pero en niveles inferiores a los de 2015, el empleo se recupera en la Argentina, sobre todo gracias al dinamismo del sector de la construcción.
Según los datos presentados ayer por el Ministerio de Trabajo, sobre la base del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), en junio se sumaron al mercado laboral 186.400 trabajadores, entre públicos y privados, si se compara con el mismo mes del año pasado. Es un aumento de 1,6%. Específicamente, en gran parte, los nuevos empleados se dividen entre 50.100 asalariados del sector privado, 59.700 monotributistas y 42.600 empleados públicos. En total, hay hoy 12.152.200 trabajadores. Si se mira la película, el crecimiento mensual desestacionalizado en junio mostró un raquítico avance de 0,1%, o 15.900 empleados nuevos. Hoy hay 6.186.200 privados.
Entre las novedades que destacaron los técnicos de la cartera que conduce Jorge Triaca en la clásica reunión de finales de mes, en junio los trabajadores asalariados les ganaron -en niveles absolutos- a los monotributistas privados, por lo que el sector pasó a ser el que más empleo generó en el mercado, rompiendo la tendencia previa. Sin embargo, si se mira lo que ocurre en 12 meses y en el primer semestre del año, el monotributismo sigue a la cabeza debido a la vuelta de muchos autónomos al régimen simplificado gracias a las actualizaciones de las bases y por el traspaso de informales que cobran la Asignación Universal por Hijo (AUH).
En junio, de los 15.900 empleos creados, 10.100 fueron en el sector privado asalariado; 4700 fueron monotributistas, mientras que en el sector público se registraron 3600 empleados menos frente a mayo. La caída del este último sector es una muestra del freno en el avance de las contrataciones públicas, que antes de 2015 crecían al 4% y ahora lo hacen al 1,4% anual (el alza se da en las provincias). El Gobierno incluso firmó un acuerdo con la mayoría de las distritos para congelar las contrataciones en el sector público. El acuerdo será llevado este año al Congreso y es la contracara de la esperada reforma tributaria.
Más allá de la alegría oficial, el avance del sector privado es tan tibio como la recuperación de la actividad. Más precisamente, como ocurre con varios sectores económicos, como por ejemplo la industria y la construcción (cuyos datos de julio el Indec dará a conocer esta tarde), el empleo privado muestra variaciones positivas desde mediados del año pasado, pero todavía a niveles inferiores a los que mostraba en 2015. Por caso, en junio de ese año había 6.212.959 trabajadores privados registrados, unos 26.759 empleados más que este año.
«Los valores absolutos de los asalariados privados empezaron a crecer por arriba de los monotributistas. Además, cambió fuerte la participación de lo público y lo privado desde 2015 «, destacó José Anchorena, subsecretario de Estadísticas Laborales del Ministerio de Trabajo, ayer, en la reunión de los últimos miércoles de cada mes en los que presenta los números de los registros del SIPA y la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL).
Entre los sectores, la construcción volvió a ser el más dinámico. No obstante, como ocurre con la economía, apareció en el mundo del empleo una difusión de variaciones positivas, excepto por la industria (-2,7% en la variación anual y -0,2% en la mensual desestacionalizada) y de minas y canteras (-5,5% y -0,4%), sector que acusa la mala performance del rubro petrolero.
Pese a que fue recortando muy lentamente la caída, en un año, la industria muestra 33.000 trabajadores formales menos. El sector petrolero perdió 4500 empleados. La construcción, en tanto, ya sumó 38.700 más en junio con relación al mismo mes del año pasado; el comercio, en tanto, más de 11.500. En el Ministerio de Trabajo destacaron el repunte mensual en junio del sector de actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler, el segundo en el ranking luego de la construcción en la generación absoluta de empleos, con 2600 trabajadores nuevos. Se trata de un sector que se mueve en sintonía con el avance o no de la actividad económica.
La EIL, en tanto, mostró para julio un avance también discreto. Según la amplia encuesta que realiza el Ministerio de Trabajo, se registró un avance de 0,2% con relación a junio y de 1% en la medida interanual. El mayor avance aparece en el sector de la construcción (+1,3%), seguido por comercio, restaurantes y hoteles (+0,7%) y servicios comunales y sociales (+0,1%). Por otro lado, la industria sigue cayendo: -0,3%. La situación del empleo, afirmaron los datos de la EIL, siguen siendo más robustos en el interior que en el área metropolitana de Buenos Aires.
Buscan «un cambio cultural» en el Estado
El secretario de Empleo Público del Ministerio de Modernización, Pablo Legorburu, dijo ayer que el Gobierno busca un «cambio cultural» dentro del Estado para que se abandone el estilo burocrático y se valoren el mérito, la efectividad en el funcionamiento, la calidad del servicio y el profesionalismo.
Fue en el marco de la jornada «El estado del Estado en la Argentina», basada en un relevamiento del Centro de Implementación de Políticas Públicas (Cippec) y la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración (ASAP).
Según el informe del Cippec -que la nacion anticipó el sábado pasado-, entre 2009 y 2015 el crecimiento del empleo fue del 4%, con una incorporación de 20.000 nuevos puestos por año. Agrega que con la nueva administración, en 2016, la incorporación bajó -0,4% el sistema público nacional-, pero siguió creciendo a nivel provincial y municipal.
En ese período no se expandió la dotación de personal administrativo, pero a nivel de cargos hubo asignaciones transitorias sin concursos, indica el relevamiento. De 3300 cargos con funciones ejecutivas que existen actualmente sólo siete han sido concursados.