La presión de los gobernadores y la escandalosa detención del ex secretario de Obras Públicas José López terminaron de definir la aprobación en el Senado, por un amplio margen, de los pliegos de Horacio Rosatti y Carlos Rozenkrantz como nuevos jueces de la Corte Suprema de Justicia. Con la única oposición de los senadores cristinistas y de Fernando “Pino” Solanas, y la ayuda alternada de Carlos Menem y Jaime Linares, el oficialismo se aseguró la designación de los postulantes que Mauricio Macri había nombrado por decreto a pocos días de asumir la presidencia.
Si bien el martes al mediodía el oficialismo aseguraba que el número de la votación estaba garantizado, hasta la tarde, en el bloque peronista algunos senadores ponían en duda los dos tercios. El panorama cambió a la noche, después de la reunión que mantuvieron el jefe del bloque del PJ-Frente para la Victoria, Miguel Ángel Pichetto, el presidente del partido, José Luis Gioja, el senador José Mayans y los gobernadores Gildo Insfrán, Domingo Peppo y Gustavo Bordet, entre otros. Allí los mandatarios provinciales dejaron en claro que el mensaje a los senadores sería el de acompañar los pliegos enviados por el Ejecutivo.
El miércoles por la mañana, Pichetto salió de la reunión de bloque con los votos asegurados. “No vamos a hacer leña del árbol caído”, había empezado la reunión el jefe de bloque, en referencia a la detención de López, que generó una conmoción en los bloques del ex oficialismo tanto de Diputados como del Senado. El episodio, sumado a los llamados de los gobernadores, terminó de definir votos dentro del peronismo que hasta pocos días antes habían estado en duda, como el de los sanjuaninos Ruperto Godoy y Marina Riofrío, la jujeña Liliana Fellner, el chubutense Juan Pais, el chaqueño Eduardo Aguilar y la rionegrina Silvina García Larraburu, entre otros. El miércoles, el núcleo más kirchnerista, que había formado una minoría de 16 en la resistencia de la votación del proyecto que selló el pago a los fondos buitre, se redujo a ocho, en el caso del pliego de Rosatti, y a diez, en el de Rozenkrantz.
“Fue un pedido de los gobernadores, ya no podemos hacer más”, se lamentó una senadora que en la previa había cuestionado a los candidatos. La santacruceña Virginia García lo había definido públicamente: “Antes decían que se manejaba a los gobernadores con el látigo y la chequera. Ahora resulta que se llama consenso”. Sin embargo, más allá de la presión de los gobernadores, el escándalo por López cayó como una bomba en el bloque peronista. «Hoy no tenemos margen de maniobra», se sinceró un dirigente.
El martes, el kirchnerismo había logrado que se abriera el debate por la ampliación de la Corte Suprema y el cupo femenino en el plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Presupuesto y Hacienda, Justicia y Asuntos Penales y Banca de la Mujer. Las representantes del género femenino, en especial, salieron de la reunión con intenciones de rebelarse contra el compromiso asumido por las autoridades del bloque con la Rosada para lograr el nombramiento de una mujer en el Máximo Tribunal.
Para calmar las aguas Pichetto había prometido obtener el compromiso certero por parte del Ejecutivo de que se pondrá en debate la ampliación de la Corte, que garantizará la equidad de género. El miércoles, en la reunión de Labor Parlamentaria, el oficialismo se comprometió a avanzar con esa discusión. “Gracias, presidente, por habernos asegurado hoy que el debate por la ampliación lo vamos a tener y el cupo femenino, también”, le recordó en el recinto el chubutense Alfredo Luenzo, del bloque massista, a Federico Pinedo, que presidía la sesión porque Gabriela Michetti se encuentra en ejercicio de la presidencia, por el viaje de Macri a Colombia. Pinedo asintió.
Enojada, la presidenta de la Banca de la Mujer, Riofrío, escuchó en el recinto el pedido de su gobernador, Sergio Uñac, y le dio su voto a Rosatti, pero se dio el gusto de bajarle el pulgar a Rozenkrantz. “Evidentemente la paridad de género es un tema menor que no ha definido el tratamiento de los pliegos para la Corte”, se quejó. Por la mañana directamente no había asistido a la reunión de bloque.
En tanto, el puntano Adolfo Rodríguez Saá, que había agitado los cambios en la composición de la Corte en la previa, también acompañó a los candidatos, aunque pidió seguir con el debate por la ampliación. “La política es el arte de lo posible. Hoy estamos dando un paso pero hay que dar otro”, justificó el puntano al anunciar su voto positivo.
La interna del bloque del PJ-FPV quedó en evidencia en el recinto. “Hay sectores del partido que parece que no tienen claro que perdimos y hoy somos oposición», señaló la santacruceña García, voz cantante de los senadores que piden una postura más dura con el oficialismo en el bloque peronista. “¿Para qué tenemos el bloque mayoritario si no lo hacemos valer? No estamos haciendo oposición. Votamos todo lo que nos mandan”, protestó una senadora en diálogo con Letra P.
Horas antes de la sesión, el sanjuanino Godoy había planteado la discusión dentro de la bancada. “Le vamos a dar un supermiércoles al Gobierno, posterguemos el debate”, pidió a las autoridades del bloque, haciendo referencia a la votación, en simultáneo, de la ley de blanqueo de capitales, en Diputados, y de los jueces de la Corte, en el Senado, que representaban un triunfo para el Ejecutivo. Godoy había pedido escuchar la posición del PJ antes de emitir su voto, pero el peronismo no se pronunció de manera institucional. «De todas formas, Pichetto es el secretario político del partido y él condujo la votación. Está clara la posición del PJ», apuntó un senador.
La división de la bancada del PJ-FPV quedó clara en el discurso de Pichetto. “Hay una parte de mi bloque que tiene visión de apostar por el país”, dijo el jefe del bloque. Y agregó que “hay un fuerte compromiso del peronismo con la cuestión institucional”.
“¿A quien le conviene romper el bloque? Perdemos la mayoría. Tenemos que llevarlo así, aunque votemos divididos”, reflexionó un senador. “Uno siente que el bloque tiene las libertades para plantear con total posibilidad el pensamiento de cada uno. Hay un clima de respeto a la voluntad de cada uno de los integrantes, en función de si representan provincias o particularidades. Hay que conducir en la diversidad”, dijo el santafesino Omar Perotti tras la sesión en la que se aprobaron los pliegos de Rosatti y Rozenkrantz, con 60 y 58 votos a favor, respectivamente, sobre un total de 70 presentes. Mientras en Diputados se escindía una parte del bloque del FPV-PJ, en el Senado la clara división en la votación dejó abierta otra vez la posibiidad de la ruptura.