Por redacción Baires Diario
¿Cómo evalúas la actividad que impulsaste para hablar de “transparencia” en el peronismo?
Como un debate necesario y pendiente dentro de las filas del peronismo. Se quiso emparentar al peronismo como sinónimo de corrupción y no fue así. La corrupción es un problema que atraviesa a todos los partido políticos y campos de la sociedad. En el caso de la política administra lo publico lo que es de todos. Decidimos que era un buen momento para dar un debate y hablar esto de cara a la sociedad.
¿Crees que se estimuló desde el gobierno una construcción en donde el kirchnerismo es sinónimo de corrupción, mientras que Cambiemos es sinónimo de transparencia?
Sí, claro. Los bolsos de José López, y la mala gestión de Ricardo Jaime lo supieron utilizar muy bien. El problema es que la corrupción no es un problema de un partido o de un espacio político. Es un problema que tenemos que afrontar con políticas de Estado todos. Este gobierno ha demostrado que le sobran en sus propias filas, y arrancando por el propio presidente, la participación en hechos de corrupción. Mauricio Macri fue partícipe necesario de contrabando de autopartes, la estafa de las cloacas con Juan Carlos Rousselot; siendo presidente se le encontraron cuentas off shore en Panamá. Sumado al blanqueo millonario de su familia.
"La transparencia y la lucha contra la corrupción tienen que ser un punto central para la unidad del peronismo." #HablemosDeCorrupción. pic.twitter.com/BqOHOgtpjx
— Francisco Cafiero (@FranCafiero) March 20, 2018
¿Cómo ves el escenario del peronismo porteño?
Venimos de un antecedente muy importante donde dimos las PASO, con otras fuerzas políticas y entendimos que había que hacer un gran frente común para hacerle frente al gobierno. Eso nos dio un mecanismo de diálogo. El proceso de construcción de unidad en la Ciudad tiene que seguir ese camino ampliando las bases de representación y de convocatoria hacia otras fuerzas políticas que entiendan que el gobierno está haciendo las cosas muy mal. hay que hacer un gran acuerdo programático para superar en el campo de las ideas al gobierno de Macri y Larreta, y ofrecernos frente a la ciudadanía como una opción concreta de futuro.
Hablaste de ampliar. ¿También se podría confluir con Victoria Donda o Claudio Lozano?
Sí, por supuesto. Con sectores afines al massismo, sectores más identificados con la izquierda tradicional, o con la Iglesia Católica. Hay que hacer un gran frente electoral que le mueva el piso a Cambiemos. Hay dos cuestiones centrales que se van a discutir en la Ciudad. La primera es la desigualdad entre el norte y el sur. Hace diez años que gobiernan las desigualdades crecen cada vez más, y eso impacta en las expectativas de vida, en el empleo, en el género, en la tasa de natalidad infantil. Además, el macrismo está impulsando una reforma del código urbano, y ahí necesitamos de la participación activa no solo de las fuerzas políticas, sino del conjunto de la ciudadanía y de las distintas organizaciones que hay en la Ciudad, para que no nos transformemos en una agencia inmobiliaria. El macrismo piensa más en generar negocios para los amigos de siempre, que en generar condiciones de acceso a la vivienda para miles de familias.
Un dato concreto, según CESAC, un organismo que conduce Fernando Barrera, hasta diciembre del 2017, una familia tipo de cuatro personas, alquilan, tienen un auto y viven con lo básico necesitan para subsistir, más de 40 mil pesos por mes. Estos son los problemas centrales que hay que empezar a discutir en la Ciudad.
