Dejó su cargo como ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires luego de recibir nuevos escraches tras sus declaraciones en las que había puesto en duda el número de desaparecidos previo al 24 de marzo.
El ministro de Cultura porteño, Darío Lopérfido presentó su renuncia luego de los rumores que mencionaban que existía la posibilidad de que deje su cargo a lo cual el ahora ex funcionario había catalogado como una «operación».
El motivo que determinó finalmente a Lopérfido a presentarla fue un escrache el viernes en el teatro Regio, durante la presentación de Teatro Itinerante, el ciclo que por el cierre temporario del San Martín organiza en distintos teatros el director del Complejo Teatral de Buenos Aires, Jorge Telerman.
La gestión de Lopérfido arrancó con una fuerte polémica por sus dichos sobre el número de desaparecidos en una mesa redonda en Pinamar, en enero. Fue fuertemente criticado e incluso se armó una campaña internacional con firmas en Change.org, que reunió a intelectuales respetados como el francés Alain Badiu.
En febrero, durante su visita, el presidente francés François Hollande no fue al Teatro Colón –del que Lopérfido era director artístico– accediendo a un pedido de organismos de derechos humanos por este tema. Lopérfido se defendió de las críticas e incluso siguió confrontando: en Facebook argumentó que “no hice ningún juicio de valor, sólo cité un dato digno de ser debatido”.
Hace dos semanas, cargó contra los actores ligados al kirchnerismo al denunciar “el mayor fraude de la historia audiovisual argentina” por las telenovelas y series que se produjeron durante la gestión de Cristina Fernández, y fue repudiado por varios de estos actores. Cuestionado por parte de los “trabajadores de la cultura”, fue perdiendo respaldo político y, casi sin margen para enfocarse en la gestión, terminó alejándose de ella.