La gobernadora María Eugenia Vidal y el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, se mostraron juntos en una reunión en la que, se dijo oficialmente, se trató “la coordinación en la lucha contra el narcotráfico en la región”, en lo que, se explicó, fue la continuidad de una política conjunta del Ministerio de Seguridad de la Nación y jueces federales.
Vidal tiene un enfrentamiento abierto con el resto de los Gobernadores, que temen que una vez eliminado el techo, Buenos Aires recupere lo suyo a sus costas. Por eso abogan por una “salida política” junto a la Nación que, por ahora, no se da. La última semana, en el Gobierno bonaerense creen que será la Corte quien termine definiendo, y antes de fin de año.
No es el único tema de relevancia para Buenos Aires que debe abordar la Corte. Mañana comenzará una serie de audiencias públicas para tratar la derivación de aguas que provienen de Córdoba y Santa Fe y que anegan el norte bonaerense. El tema desvela a productores de las zonas más rentables de la Provincia y a los intendentes de esas localidades.
Fuera de lo que hace a la gestión, hay un mensaje eminentemente político en el encuentro Vidal-Lorenzetti. Hace menos de una semana, el presidente Macri retó públicamente a la Justicia -cuya máxima expresión es Lorenzetti, por su rol institucional- y le reclamó celeridad y trabajo. Cargó contra la feria judicial y contra la escasa carga horaria de los jueces, que, además, no pagan ganancias.
Macri no es el único en Cambiemos que tiene un conflicto abierto con Lorenzetti. También Elisa Carrió lo tiene en la mira y llegó a presentar un pedido de juicio político para el titutlar del máximo tribunal del país. “Sabemos que ahora no es el tiempo político para desplazar a Lorenzetti, vamos a esperar. Como hicimos con De Vido”, dijo hace apenas una semana.
Vidal, con agenda e intereses propios, sobrevoló esos conflictos y se mostró sonriente junto a Lorenzetti. Si su diplomacia surte efecto, puede quedar en la historia como la Gobernadora que volvió a hacer “viables” a las finanzas bonaerenses.